Pintaba para papelón histórico, pero fue hazaña histórica.
¿Por que pintaba para papelón? Porque Logroñes se presentó a jugar la primera fecha de la temporada 2011 con solo ocho jugadores. Como si ese número no fuese escaso, los primeros 20 de la etapa inicial, los jugó con siete. Vale aclarar que es un torneo que se juega en cancha de 11 y el rival estaba completito.
Para completar el cartón de la lotería, a los dos minutos un error compartido entre Gonzalo Urrutia y Enzo Dallacaminá, ya marcaba el 1 a 0 en favor de Amanecidos.
¿Por que fue hazaña histórica? Porque a pesar de ese arranque negativo y aún con tres jugadores menos nuestro equipo pudo dar vuelta el encuentro y vencer por 2 a 1, con dos goles del gran Juan Manuel Giacomelli.
Es cierto que el goleador y mejor jugador del torneo en 2010 se destacó en la jornada inaugural de 2011. Pero ayer no fue el único punto alto de un equipo que estaba totalmente diezmado. Hubo ocho jugadores en cancha y hubo ocho puntos destacados.
Es que hubiese sido imposible ganar un partido como el que se ganó ayer si alguno jugaba mal. Todos ocuparon todas las posiciones en el campo. Los delanteros por momento fueron defensores y viceversa. Giacomelli tuvo tres y metió dos. Los defensores y el arquero no pararon de sacar todo lo que les tiraban. Los que se pararon en el medio, defendieron y atacaron como pudieron. Pero por sobre todas las cosas, hubo orden, solidaridad y siempre supimos que en inferiodad numérica no podíamos hacer grandes cosas y jugamos como debíamos ante semejante panorama.
Obviamente no tuvimos ni dos minutos de juego lindo, no estabamos en condiciones de hacerlo. Es cierto también que la pelota estuvo siempre en poder de Amanecidos y que, si hablamos de merecimientos medido por llegadas al arco rival, el equipo que ayer se vistió de amarillo debería haberse llevado una goleada a favor.
Pero pecó por dos desconcentraciones en la defensa, se puso nervioso y Logroñes supo como jugar un partido difícil, sacó a relucir esa garra que le faltó en casi todo el 2010 y pudo desahogarse con un triunfo de esos que, aunque valen tres puntos como los demás, se festejan el doble.
Pero, es imposible tapar el sol con una mano. Y la victoria no debe ser sinónimo de olvido sobre lo que pasó ayer porque fue una vergüenza que nos presentemos con ocho jugadores. Por suerte nos salvamos del papelón y logramos una hazaña, aunque sabemos que es difícil que se vuelva a repetir. Y esperemos que tantas ausencias tampoco se repitan.
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