martes, 10 de agosto de 2010

Una derrota que debe servir para algo

Algún día tenía que perder y lo hizo en el momento justo. Son de esas derrotas que sirven para sacarse la presión de mantener un invicto y también para saber que si seguimos jugando con fuego y armando un equipo totalmente diezmado, en algún momento nos vamos a quemar.
Es que el domingo, Logroñes perdió por 3 a 2 ante NVM tras más de dos años sin caer ante el equipo rojo (la última vez había sido en el apertura 2007) y terminó el torneo apertura en la cuarta ubicación.
Fue una derrota totalmente lógica y los motivos que se pueden enumerar son varios. Por un lado, y como sucedió en 8 de los primeros 10 partidos del año, nuestro equipo juntó apenas 11 jugadores para afrontar uno de los partidos más difíciles y encima en el segundo tiempo jugó con 10 porque uno tuvo que abandonar el campo de juego. Después, de esos 11 jugadores que estuvieron en cancha había algunos que debieron ocupar posciones a la que no están acostumbrados y eso se siente en el funcionamiento. Un tercer motivo para justificar el escaso juego demostrado podría ser el hecho de que jamas se pudo parar un mismo equipo en dos fechas consecutivas, pero la causa más importante de la derrota es que en frente había un rival que juega bien, que es ambicioso, que tiene un cuarteto de delanteros muy picantes y que es más candidato que nunca a revalidar el título que consiguió en 2006.
Del desarrollo del juego no hay mucho para decir. NVM dominó de principio a fin y arrancó ganando practicamente desde el vestuario. Por suerte después de unos 15 minutos a puro vértigo, el equipo rojo bajó el ritmo y permitió a Logroñes adelantarse unos metros en el campo y aunque no lograba elaborar alguna buena jugada colectiva, una genialidad de Juan Manuel Giacomelli (que disparó más alla de los 30 metros del arco y la clavó en el ángulo) puso la igualdad con la que finalizaron los primeros 45 minutos.
El segundo tiempo arrancó tal cual el primero, NVM a puro ataque quería volver a adelantarse en el marcador. Y tuvieron dos que fueron clarisimas. Primero un mano a mano de su número 9 que se fue desviado y después un remate de su número 11 que provocó la mejor atajada de la vida de Enzo Dallacaminá, seguían dando vida a nuestro equipo.
Pero minutos después, una genialidad que salió desde el botín derecho de Juan Martín Arce y que se coló en el ángulo ponía a Logroñes 2 a 1 arriba. Después de unos 5 minutos en los que intentaba recuerarse del golpe asestado, y cuando todo hacía pensar que el aguerrido Logroñes podría imponer su juego y al menos aguantar el partido, se vino la ecatombe: grave error de nuestro arquero, gol de NVM y además nos quedamos con 10.
El resto de los minutos fue solo un monólogo del equipo rojo que tras volver a fallar otro mano a mano más claro que el agua de las playas hawaianas, tuvo su chance cuando tres jugadores quedaron solo frente a nuestro arquero y uno de ellos pudo anotar el gol que significó la victoria para NVM.
Por tratarse de la primera ronda y sabiendo que a partir de ahora los puntos se dividen, fue una derrota que no dolió tanto y que sirve para saber que si seguimos jugando con fuego, vamos a terminar quemados en la hoguera de la copa de plata.

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