Podría decirse que los partidos entre Logroñes y Finuchos ya son un clásico dentro del CNO. También es posible que algunos no lo consideren así. Pero lo que si es imposible de refutar, es que siempre son partidos calientes y muy peleados (si de juego hablamos).
El de ayer no fue la excepción a la regla y el 1 a 1 final así lo indica. Fue un partido muy duro para ambos conjuntos en el que no hubo un gran juego, pero que fue emocionante por la tensión que hubo hasta el final de los 90 minutos.
Lo dicho: el buen juego brilló por su ausencia y el empate quiza sea el resultado que mejor se ajuste a los merecimientos de cada uno.
Durante la primera etapa, Logroñes comenzó dominando el partido y rapidamente intentó meter a su rival en su propio arco. Pero ante la ausencia de Juan Martín Arce, la pelota nunca anduvo por el piso y, a pesar de tenerla más en su poder, el "Logro" no podía plasmar ese dominio en llegadas claras al arco rival.
Pero tanto insistió el equipo en esa primera parte del partido, que una se tenía que dar. Fue así como Gonzalo Giacomelli apareció solo en el segundo palo y anotó la primera diferencia luego de conectar un centro que le había enviado su hermano Juan Manuel.
A partir de ese momento, Logroñes desapareció de la cancha. Finuchos fue el que se hizo dueño del juego y comenzó a arrimarse al arco defendido por Gastón Ballesteros. Tuvo unas cuantas chances claras, pero entre el arquero y la defensa pudieron evitar el empate en esa primera etapa.
Ya en los segundos 45 minutos, la tendencia del partido seguía igual que en el final del primer período. Finuchos, que no tenía demasiada claridad, seguía dominando las acciones y en uno de los tantos centros que tuvo, pudo empatar con un cabezazo de uno de sus defensores.
Y herido en su orgullo, ese fue el momento para que Logroñes despertase. Ahora si fue para adelante y buscó ganar un partido que se le había complicado. Pero sus jugadores creativos no estuvieron en una buena tarde, el arquero rival se hizo figura sacando cuanto centro cayó al área y con el correr de los minutos, el nerviosismo fue creciendo hasta terminar con las aspiraciones de un equipo que quería ganar pero no supo como hacerlo.
En el medio estuvo la correcta expulsión de Sebastián Gómez Abuin que dejó a Logroñes con un jugador menos, pero que no lo privó de seguir buscando la victoria en esos últimos minutos. También hubo un penal clarísimo a favor de nuestro equipo, pero el árbitro, que tuvo el mejor partido de su vida, no lo vio. Y bueno, un error lo comete cualquiera...
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