De tanto soñar, se durmió

Algunas semanas atrás hablabamos sobre que soñar no cuesta nada. El sueño en cuestión hablaba de la posibilidad concreta que Logroñes tenía, y todavía tiene, de ingresar a la Copa de Oro y luego luchar por el campeonato.

Bueno, de tanto soñar el equipo se quedó dormido y está muy lejos de aparecer. Ayer, Logroñes empató con Mano de Dios 1 a 1 y las chances siguen intactas, sigue dependiendo de sí mismo, pero el juego brilló por su ausencia en los últimos tres encuentros y la situación ya es más que preocupante.

Si bien de los últimos 9 puntos en juego se sumaron 7, la cuestión es ver como se llegó a sumar esa cantidad de unidades y no solo tener en cuenta el resultado.

En el encuentro de ayer, los muchachos del "Liverpool" estuvieron nerviosos desde el inicio mismo del partido. Los gritos y las protestas a cuanto fallo del árbitro había, se sucedían unos tras otros. ¿Y el buen juego? No existió durante todo el primer tiempo.

El segundo período parecía que iba a torcer el rumbo porque enseguida Nicolás Sylvester anotó el 1 a 0 parcial con un buen remate cruzado abajo, de izquierda a derecha. Pero ni siquiera la victoria parcial logró calmar a los jugadores de Logroñes.

El rival, Mano de Dios, apretaba y el fantasma de no poder ganarle a un equipo que es netamente inferior volvía a aparecer ya que los "Verdeamarelhos" nos tienen de hijos. Fue así como en una falta inventada por un jugador con Voz de poco hombre y con la 10 en la espalda el partido comenzó a dar un vuelco importante.

Fue una falta que solamente vio el ignorante ladrón del árbitro que tuvo éste partido. Y la locura se volvió total. Sebastián Lucero, víctima de semejante injusticia protestó cuan jóven de 15 años y se ganó la primera amarilla. Luego de ese tiro libre fallido hubo otro para Mano de Díos. Y ahi si, el rival pudo concretar el empate que ya merecía.

Pero eso no era todo porque pocos minutos después otra falta de Lucero, ésta vez bien cobrada, terminó con el defensor expulsado y también con Martín Arce, el creador del equipo, que vio la roja por las aireadas protestas.

A partir de ahi fue una lotería. Logroñes necesitaba ganar entonces dejó tres jugadores atrás, tres en el medio y siguió con los dos delanteros. Tuvo algunas ocasiones pero no pudo concretarlas. Por consecuencia, el rival contaba con muchos espacios para la contra, pero tampoco anotó.

El resultado se fue en empate, aunque para Logroñes quedó un sabor a derrota importante y la sensación de que, a pesar de ser uno de los equipos más grandes teniendo en cuenta la edad promedio de los jugadores, somos un equipo de Infantiles. El dato es que en de los últimos 4 partidos se terminaron dos con 9 jugadores. Y los 4 expulsados fueron por protestar.

Es hora de cambiar o la única Copa de Oro que vamos a ver será la del Turismo Carretera.